Como en otros grandes acontecimientos -como la llegada de la Cruz del Papa o la visita de los jóvenes coreanos de la JMJ- otro evento religioso ha sido noticia en Pozoblanco.
La Vigilia Diocesana de las Espigas llenó el sábado las calles de Pozoblanco de integrantes de los grupos de Adoración Nocturna de toda la Diócesis de Córdoba y por tanto de casi todos los pueblos de la provincia. Tras la llegada de las banderas a la ermita de San Gregorio partía la primera procesión hasta Santa Catalina por las calles más céntricas de la ciudad.
A las 22.00 horas comenzaba la misa extraordinaria en la parroquia de Santa Catalina que, oficiada por el Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, se prolongó hasta pasada la media noche.
A partir de ahí se sucedieron los turnos de vela en el interior de la iglesia. La escena que pudimos contemplar en la madrugada ya del domingo nos impresionó muy positivamente. Los asistentes sacaron las sillas de Santa Catalina a las anchas escaleras de granito, algunos de los participantes las llevaron también al jardín de la Plaza de la Iglesia, mientras otros descansaban en el escalón de la Capilla de Jesús Nazareno, se dirigían a la Casa de Hermandad de Los Dolores o paseaban por las calles de la ciudad. Todo ello en buena armonía y distendida conversación. Y la parroquia, en cuyo interior se sucedían las confesiones, con las luces encendidas de las grandes ocasiones y las puertas de par en par.
Finalmente, se ofreció un desayuno a los asistentes, que se mostraron muy agradecidos por la acogida y la organización de los actos en Pozoblanco. Hacía 49 años que no se realizaba este acontecimiento en nuestra ciudad.